(Esta receta la hice el año pasado para participar en el Día Mundial del Brownie. La recupero para tenerla a mano y porque ¡qué demonios! cualquier excusa es buena para preparar un brownie.)
Aunque suelo apostar por lo clásico, esta vez me lancé a por la versión red velvet, ésa que es de color rojo rabioso, así, rollito fashion. Para hacer la cosa aún más emocionante (y calórica), este brownie incluye un amarmolado de queso.
Red Velvet Brownie con amarmolado de queso
(Para un molde de 20 x 20 cm)
125 gramos de mantequilla (a temperatura ambiente)
100 gramos de harina
270 gramos de azúcar
25 gramos de cacao en polvo
3 huevos
esencia de vainilla
Una pizca de sal
1 cucharada de colorante rojo
1 cucharadita de vinagre de sidra
125 gramos de queso de untar
- Para hacer el brownie, batimos la mantequilla y 220 gramos de azúcar con una batidora eléctrica durante un par de minutos. Añadimos dos huevos uno a uno y mezclamos concienzudamente.
- Incorporamos media cucharadita de esencia de vainilla, el cacao, la pizca de sal, el colorante y el vinagre y batimos bien, hasta lograr una pasta homogénea y sin grumos.
- Por último, añadimos la harina y removemos con cuidado hasta obtener una masa homogénea. Reservamos media tacita de la mezcla y vertemos el resto en el molde.
- Para el amarmolado, batimos el huevo restante, 50 gramos de azúcar, media cucharadita de vainilla y el queso de untar y los extendemos encima del brownie. Dejamos caer sobre la mezcla de queso cucharadas de la masa de brownie que habíamos reservado, y con un cuchillo (y algo de sentido artístico) hacemos dibujos con el rojo y el blanco para crear eses y espirales.
- Horneamos durante unos 35 minutos a 180ºC y lo dejamos enfriar del todo en el molde antes de cortarlo.
(Encontré la inspiración en Lick That Spoon)
La cocina diminuta 