Yogur helado de sandía y plátano (vegano y sin azúcar añadido)

El verano no es verano sin helados. Mis niños están como locos con ellos (cada vez que ven un cartel por la calle hay que pararse a revisar uno por uno cuáles tienen pegatina de «sin gluten»), pero ya os podéis imaginar que no me entusiasma que coman muchos, porque incluso los artesanales van bien cargaditos de azúcar. Así que, como todos los años, prefiero hacer yogur helado en casa, con frutas y sin azúcar añadido.

Si acertáis con la combinación de ingredientes (por aquí ya hemos probado otras veces con frambuesas + miel y mango + plátano), el resultado es un postre cremoso, dulce y tan rico como cualquier helado que podáis comprar por ahí (¡o más!). Además, es facilísimo de hacer: la única pega es que hace falta tener una batidora muy potente para hacerlo, pero si contáis con una, ¡no dejéis de probar!

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Helado de piña y fresa (vegano y sin azúcar añadido)

La gente que dice que no le gusta la fruta se merece una colleja. Bueno, no, porque la violencia es cosa fea, ¡pero no me digáis que no es para desesperarse! Hay tropecientos tipos de fruta, que además van cambiando a lo largo del año para que no nos aburramos, y millones de formas de prepararla. Yo entiendo que si sólo comes plátanos y bebes zumos de naranja de tetrabrick (por cierto, recordatorio: los zumos NO equivalen a una pieza de fruta) acabes hasta el moño, pero ¿y si la sirves en forma de batidos, compotas, polos, bocadillos, ensaladas…?

Y con los niños, lo mismo: si les das siempre una manzana cortada en gajos van a aborrecerla (y pongo este ejemplo porque el 90% de las veces que un menú escolar pone “fruta” de postre quiere decir “manzana en gajos”). Si la disfrazas o la promocionas con un poco de cariño les va a resultar mucho más apetecible. Los míos, por ejemplo, se volvieron locos con este helado casero, preparado con sólo dos ingredientes: piña y fresa.

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Polos de piña, naranja y plátano

Empiezan los calores, así que no os extrañéis si de aquí a septiembre evito las recetas que requieren horno. Voy a pasarme los próximos meses con cositas que se puedan preparar en la nevera, en la sartén o sólo con la batidora, ¿vale?

El primer postre veraniego que os traigo son unos polos de fruta. Y nada más. No hace falta añadir ni zumos, ni azúcares, ni siropes: sólo piña y naranja para darle frescor y plátano para que tenga una textura cremosa. Se preparan en un periquete y son una manera genial de que los niños (¡y los adultos!) coman fruta.

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Polos de chocolate

polos de chocolate y aguacate

Polos de chocolate caseros, fáciles, sanos y cremosos. Mi monstruito, que llevaba todo el verano pidiéndomelos, está como loco por ellos, disfrutando como un enano y llenándose de churretones hasta las orejas. Ahora me pide que le haga otros de vainilla, así que tendré que buscar alguna nueva receta saludable para preparárselos.

Porque, obviamente, estos polos tienen truco. Cinco cucharadas de cacao… y dos aguacates enteros, que son lo que los hacen tan cremosos y mucho más sanos que los industriales. Podéis optar por versiones veganas o sin azúcar, y modificar las cantidades a vuestro antojo. Si mantenéis a los niños lejos la cocina mientras batís los ingredientes, ¡éxito asegurado!

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Polos de fresa

prueba polos 2

Pues esta vez el plan no funcionó. Si los gofres de calabacín fueron un éxito apoteósico, y mi monstruito me pide casi todo los días que le deje cenar una “tostada de cuadrados” (los tengo congelados y los voy racionando muy sabiamente)… estos polos de fresa, que hice porque el muy cabezota este año se niega a probarlas, no le gustaron.

Supongo que el problema es precisamente que saben a fresa, en lugar de saber a colorante rosa o a chicle, como los que se compran en las tiendas. De hecho, están buenísimos, así que, como él no los quiere, nos los comemos mi media naranja y yo. ¡Y cómo se disfrutan en estas noches de verano!

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