“Fierecilla, ¿de qué quieres que sea tu tarta de cumpleaños” “De Dory y Nemo.” “Vale, pero ¿debajo de Dory y Nemo, qué quieres que haya?” “Minions”. Os voy a decir una cosa: la culpa es mía por ponerme a negociar con una niña de tres años. Al final elegí yo y le preparé esta tarta de naranja y polenta, tan densa como jugosa, con un sutil sabor a cardamomo y tamaño suficiente para alimentar a una familia de elefantes.
Y por cierto, al final la fierecilla decidió que ya no quería a Dory y Nemo, sólo minions, así que tuvo tres: uno por cada año que ha cumplido ya. ¡Está hecha una chica!