Así como a Papá Noel le tengo cierta manía (yo soy más de Reyes Magos), Halloween es una de esas tradiciones absolutamente foráneas y absurdas que me encantan. Las calabazas talladas, los monstruos, los gatos negros… y sobre todo las bolsas de caramelos, chocolatinas y chilindradas varias.
Este año aporto mi granito de arena con unos cupcakes de calabaza con pepitas de chocolate (en unas flamantes cápsulas que me regaló mi madre y que aunque en la foto no se vean bien tienen dibujos de brujas en su escoba). Aquí os dejo la receta (pero sólo de los cupcakes, porque no estoy nada contenta con el glaseado de crema de queso, que esta vez quedó bastante tristón y pringoso).
Cupcakes de calabaza con pepitas de chocolate
(Para 12 cupcakes)
150 gramos de harina
1 cucharadita de canela
Una pizca de nuez moscada
Una pizca de jengibre molido
1 cucharadita de bicarbonato de soda
½ cucharadita de polvos de hornear (tipo Royal)
Una pizca de sal
125 gramos de azúcar
75 ml de aceite de oliva suave
60 ml de buttermilk (o 60 ml de leche mezclados con una cucharadita de zumo de limón)
200 gramos de puré de calabaza (calabaza asada o cocida y machacada con un tenedor o con la batidora)
2 huevos a temperatura ambiente
¼ cucharadita de esencia de vainilla
Un puñado de chips de chocolate
- En un bol mediano mezclamos la harina, la canela, la nuez moscada, el jengibre, el bicarbonato de soda, los polvos de hornear y la sal; y reservamos.
- En un recipiente grande batimos (con una batidora eléctrica) el azúcar, el aceite, el buttermilk, la calabaza y la vainilla. Añadimos uno a uno los huevos y batimos hasta que quede todo bien incorporado.
- Con una espátula vamos agregando poco a poco la mezcla de harina, y por último echamos los chips de chocolate.
- Repartimos la masa entre 12 moldes o cápsulas de cupcakes, llenándolos hasta 2/3 de su capacidad. Horneamos unos 20 minutos a 180 ºC (y, una vez fríos, ponemos un glaseado molón, preferiblemente de crema de queso).
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(Encontré la inspiración en Bird On A Cake)
La cocina diminuta 