Compota de manzana sin azúcar

Pues sí, la receta de hoy es una sencilla compota de manzana. No me pongáis esas caras: primero, sé que a estas alturas del año algunos de vosotros aún seguís picoteando turrones de los que sobraron de Navidad, así que no os viene mal un postre ligerito; segundo, ésta es una receta infalible, a prueba de torpes e intolerancias; y tercero, además de ser un dulce en sí mismo, se puede utilizar como complemento o ingrediente en otros postres (como el que os contaré la semana que viene).

Además, la compota es lo que en los libros de cocina elegantes denominan una “receta de aprovechamiento”. Es decir, que si tienes cuatro o cinco manzanas por la nevera que empiezan a tener un aspecto arrugadillo y tristón, ésta es la solución perfecta para darles salida. ¡Y ni siquiera necesitas horno!

Compota de manzana sin azúcar
(Para 5 o 6 raciones de postre)

1 kilo de manzanas
100 ml de agua
Opcional: una pizca de canela en polvo, un chorrito de zumo de limón… y azúcar, claro, pero entonces obviamente ya no será una compota sin azúcar.

1. Pelamos las manzanas, les quitamos el corazón y las pepitas y las cortamos en trocitos.
2. Las ponemos en un cazo con el agua (y los ingredientes opcionales) y las cocemos a fuego medio durante unos 20-30 minutos (dependerá del tipo de manzana) removiendo de vez en cuando para evitar que se peguen.
3. Si la compota os gusta como a mí, con textura de papilla de bebé, cuando estén cocidas dejadlas enfriar un poco y pasadles la batidora sin compasión. Si os gusta con trocitos, no hay que hacer ni eso.
4. La servimos a temperatura ambiente y espolvoreada con canela en polvo. O sobre un poco de yogur natural. O sobre unas tostadas de pan. O sobre…